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Estaba yo en casa y esperaba que lloviera

de Jean-Luc Lagarce

Texte original : J'étais dans ma maison et j'attendais que la pluie vienne traduit par Armando Partida Tayzan

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Estaba yo en casa y esperaba que lloviera : Extracto 2 : la marcha del "hermano joven"

La Más Vieja
Y no más arrebatos, no, tampoco para esas dos, ahí
la pequeña está escondida bajo la escalera, ese rincón, ella mira y nadie se cuida de ella, ella no cuenta no más arrebatos para esas dos de ahí, en el mero centro de la pieza, no más arrebatos para ellas, no más ternura.
Los adioses, no.


La Madre
Y ellas estaban presentes, no hay que olvidarlo, presentes y muy presentes, y todas vociferantes, como ya sabían serlo, y gritando todavía como lo aprendieron, e intentando retener a uno e intentado impedir al otro,
e interponerse en la pelea…


La Primogénita
Me ha abrazado. Con cautela.


La Más Vieja
Nada de eso. Lo hubiéramos visto.


La Primogénita
Me ha abrazado, apenas esbozado, casi nada, me ha abrazado…


La Segunda Hija
Me ha tomado brutalmente contra él. apretado apenas en sus brazos, besado apenas, y rechazado violentamente,
quiso apartarme y llevarme con él, los dos a la vez, al mismo tiempo


La Más Vieja
Nada de eso. Se trata de una invención. ustedes inventan cada vez un poco más.


La Menor
Cada Vez.


La Primogénita
El nos impidió seguirle.
Nos esquiva, el mismo movimiento, como en una pelea, el mismo sentimiento, la misma violencia, él me agarra, me atrae contra él y luego me rechaza.


La Segunda Hija
Chillábamos, y chillábamos. el padre nos dio de bofetadas…


La Madre
Él no las tocó, él jamás tocó a nadie.


La Más Vieja
Eso es lo peor, él hablaba muy fuerte y nada más.


La Madre
Jamás le vi dar un golpe.


La Segunda Hija
Nosotras gritábamos. El Nos abofeteaba, él nos daba de golpes, movía sus brazos por todos lados, a toda velocidad y nosotras recibíamos los golpes.


La Menor
Cómo les da gusto hoy, el recuerdo arreglado de las batallas inventadas. Tienen una imaginación bella y fértil.


La Madre
Nadie vio eso, ustedes lo inventan. Esa ahí, bajo su escalera, su rincón, puede decir la verdad, ella no ha visto nada.


Eso se hizo en la violencia, yo no quiero hablar de eso, eso se hizo en la violencia, las palabras violentas, pero solamente palabras y nada más.
Nadie puede decir que diera de golpes, eso no es cierto.


La Primogénita
Él nos abofeteaba y golpeaba y no pudimos retener al hermano menor, él abandonó la casa, nosotras no hicimos nada.
La separación.


La Segunda Hija
Por la puerta vemos ya nada, de nuevo, todo ha terminado, sólo el camino que desciende del bosque, allá abajo y desaparece en la curva.
Deberíamos haber corrido tras él. Salir al patio, frente a la casa y apoyarnos unas a las otras, y quedarnos tan dignas, como siempre lo hemos querido ser.


La Primogénita
Podíamos habernos fugado con él, eso hubiera sido lo mejor, todos esos años por los caminos, eso me hubiera gustado.


Eso hace reír a las tres hijas


La Segunda Hija
A él le importaba un bledo, él tenía su morral. No necesitaba más.


La Primogénita
Mientras te ponías el vestido rojo, él ya estaba en el tren.


La Menor
¡Por el golpe, él es quien nos hubiera de bofetadas para que lo soltáramos.


(…)


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